Preparativos

 El objetivo del viaje era acudir desde Irún a una concentración en Pont de Suert, en la provincia de Lérida. Era la sexta edición y por entonces tenía mucho nombre. En la concentración del año anterior hubo más de 1.400 inscritos y en esta se esperaba superar ese número como así resultó, fuimos más de 1.600 los asistentes.

 

Recorte de Solo Moto de agosto de 1.980


 Las máquinas protagonistas del viaje: Peugeot y Mobylette de 49 cc.

 

El recorrido

 

 Desde mucho tiempo antes del viaje estuvimos pensando lo que nos haría falta, organizando las cosas y preparando la ruta. En mi moto - la Peugeot - llevaba un par de latas de gasolina para repostar en unas “maletas” hechas con el cajón de plástico de recoger el dinero de un par de petacos viejos.

 Llevábamos herramientas variadas, repuestos de todo tipo, embudo, parches, aceite... hasta una cubierta de recambio cada uno!! y por supuesto un buen mapa.

 

 

 

Jueves 10 de julio.

 

Irún - Candanchú. 187 km.

 

 Quedamos Pedro y yo a las 10. Puntuales los dos al saludarnos nos miramos con cara de que sabemos que empezamos algo muy esperado.

 

   Había transcurrido mucho tiempo desde que hablamos por primera vez de la idea de ir a alguna concentración importante. Al principio nos lo tomamos medio en broma medio en serio, pero poco a poco el plan fue tomando forma hasta convertirse hoy en realidad. Nos vamos a Pont de Suert.

 

 Cargamos los equipajes compuestos por mochilas y un montón de cosas más en  las motos como mejor podemos mientras hablamos un poco de todo.

 

 Después de quedarnos conformes con la sujeción del equipaje y de terminar los preparativos a media mañana comenzamos el viaje. Amenaza lluvia pero no nos importa, estamos muy animados. Ha llegado el momento!

 

 

 

 

 

 

NOS VAMOS!!!

 

 

 

 

 

 Estudiando el mapa habíamos decidido que las etapas las haríamos por el camino más corto, nos daba igual si era por carreteras secundarias con velocidad limitada a 60 km/h, con eso nos sobraba. Nos ponemos en movimiento y enfilamos hacia la frontera con Francia.

 

 

 

Aunque aún no es obligatorio vamos con la luz encendida sintiéndonos moteros de verdad.

 

 Como nos tememos empieza a llover. No hay problema – seguro que pensó Pedro –. El equipo tope de gama que lleva compuesto por chubasquero y pantalones de pescador de plástico completado con bolsas de eroski en los pies podía soportar cualquier adversidad climatológica.

 

 

   Recorremos tranquilas carreteras de escasa circulación haciendo las paradas necesarias para repostar y alguna más para hincarle el diente a los bocatas que llevamos. En las paradas Pedro aprovecha para echarse un Ducados y en un par de ellas se deja el paquete olvidado en el sitio en el que paramos.

 

 

  La lluvia nos acompaña durante buena parte del trayecto y nos destempla un poco. Paramos en el bar de un pueblo en Francia para meternos algo caliente entre pecho y espalda. Pedimos un par de cafés con leche, la camarera nos pregunta si lo queremos “grand ou petit” y a la vez decimos “grand, grand”, nos iba a venir bien.

 

 

 Deja de llover a pocos km de la frontera de Somport (1.632 m) pero se nota el frío debido a la altura.

 

 

 En la aduana no nos miran apenas lo que llevamos, y menos mal porque Pedro había dicho que si nos empezaban a mirar y revolver las mochilas les podíamos decir a los guardias civiles que se pusieran guantes para hacerlo, que estábamos en nuestro derecho (no se lo hubiéramos dicho ni de coña, pero bueno...)

 

 

 Llegamos a Candanchú a media tarde, donde los padres de Pedro tenían una casa. 

 Al ver a Pedro el portero del edificio le saluda, todo va bien.

     Tras instalarnos y descansar un rato salimos a dar un voltio, vamos a una cafetería no lejos de casa. Nos tomamos unas cañas mientras escuchamos la canción de moda “Más sexy” de Coz. 

 A casa a dormir.

 

 

 

 

Viernes 11 de julio


Candanchú – Pont de Suert. 183 km. 

  

 Después de desayunar con tranquilidad y de preparar las cosas dejamos Candanchú a media mañana. Hace algo de frío pero a lo largo del día mejora mucho el tiempo. Hoy no llueve, con lo que el viaje resulta mucho más agradable.

 

 Como habíamos preparado la ruta por el camino más corto nos encontramos con que algunas de las carreteras eran de piedras y sin asfaltar.

 

 

 

 

 Pasamos por la tarde por esa zona con algunos tramos de carreteras de tierra y con varios puertos, como el del Serrablo (1.291 m), el collado Foradada (1.020 m), el de Fades (1.470 m) y el de Espina (1.407 m). En varias de las subidas tenemos que pedalear un poco para ayudar al motor.

 

 

 

 

 En la cima del Coll de Espina vemos paradas un par de motos a poca distancia. Se trata de unos franceses a los que me acerco emocionado para preguntarles si también van a Pont de Suert, como efectivamente así es.

 

 

 Al empezar las bajadas de los puertos paramos el motor y lo ponemos en tipo bicicleta. A correr! De largo son los momentos en los que a más velocidad vamos. El marcador de la Moby (la mía no tenía velocímetro) seguro que llegaba al tope.

 

 

 Continuamos en dirección a Pont de Suert por preciosas carreteras y animándonos por momentos al ver cada vez más nos adelantaban más motos con el mismo destino que nosotros.

 

 

 

 

 Misión cumplida! Llegamos a Pont de Suert al atardecer. Ya hay muchas motos por el pueblo y algunos nos miran pasar con cierta curiosidad, lo de las cubiertas encima de las mochilas debía resultar llamativo.

 

 

 

 

 Hay motos por todos lados. Preguntamos por el lugar de la concentración y allí nos dirigimos. Nos inscribimos, nos dan una bolsa con el parche para poner en la cazadora, un pin y alguna cosa más, y los vales para comer y desayunar.

   Nos dirigimos al fondo del sitio destinado a las tiendas y la montamos. Descargamos el resto del equipaje de las motos y nos damos una vuelta por allí, cenar y a dormir.

 

Sábado 12 de julio

 

 Nos levantamos y a desayunar. Durante la mañana el flujo de motos que llegan es constante, estamos felices disfrutando del momento.

 

 El que está sentado en el suelo es mi amigo Pedro, delante de él mi Peugeot y a su izquierda su Mobylette.

 

 

 Damos una vuelta por la zona viendo las motos y el ambiente. Nos cruzamos varias veces con un personaje con un casco tipo calimero puesto permanentemente y con unos pantalones que nos parecieron de cuero hasta que le vimos por detrás: eran pantalones vaqueros, pero con tanta porquería, grasa y brillo por delante que parecían de cuero del bueno.

 

 

 Entablamos conversación con uno del pueblo que estaba curioseando y nos dice que al alcalde no le gustaba nada la concentración porque en la del año pasado uno de los visitantes se había beneficiado a su hija y tenía mal recuerdo del asunto.

 A comer al sitio preparado por la organización con el vale que nos habían dado el día anterior.

 Por la tarde la asistencia ya es muy numerosa. Pasamos la tarde muy entretenida viendo a la gente, los espectáculos y las pruebas que había organizados. 

   Una de las pruebas consistía en subirse a una moto el mayor número de personas que la ganó una Lambretta 150 en la que se montaron por lo menos 14. Otra era recorrer una distancia corta de unos 20 m lo más despacio posible. Aquí las trialeras – que las había – eran las reinas.

 

 

 En la moto que está en primer plano se aprecia parte de la matrícula, que es B-45x.xxx...

 

 

 

 

 

 El reparto de premios de las pruebas vespertinas se hace a la noche. Tenemos esperanzas en llevarnos el premio al ciclomotor más lejano pero nos quedamos con las ganas: se lo llevó uno ¡de Almería! que había ido con una Derbi Variant.

   Por la noche desfile con antorchas por el pueblo y cercanías. Nos quedamos con un palmo de narices porque a nosotros no nos dan antorcha, no sé si por ir en ciclomotor o porque no daban a los conductores, sólo a los paquetes... me quedo con la duda pero espero que fuese por el segundo motivo.

 

 

Domingo 13 de julio


Pont de Suert – Huesca. 146 km.


 Nos despertamos con la sorpresa de que se nos ha colado una rana o un sapo en la tienda que nos da un buen susto.

 Vamos a desayunar y nos disponemos a participar con el resto de las motos en el desfile de despedida de la concentración por el pueblo y los alrededores. Nos invaden sensaciones de gran alegría y euforia al vernos rodeados de cientos de motos, motos por todos lados. Estamos encantados.

 

 

Recorte de Solo Moto de agosto de 1.980

 

Una vez terminado el paseo y después de comer desmontamos la tienda y empezamos a preparar el equipaje.

  Abandonamos la concentración con el pensamiento de llegar a Huesca, donde vive mi hermano, a última hora de la tarde. Por supuesto que en este primer tramo mientras nos alejábamos de Pont de Suert nos pasaban TODAS las motos que al igual que nosotros dejaban la concentración. Muchas saludaban al adelantarnos, lo que nos llenaba de satisfacción. Nos dirigimos hacia Huesca a donde llegamos al atardecer.

 Al llegar a Huesca intentamos contactar con mi hermano sin conseguirlo – problema -, así que nos vamos al camping San Jorge para dormir allí. No recuerdo bien si es que era demasiado tarde para montar la tienda o es que estaba lleno, el caso es que no nos dejaron entrar.

   Insistimos con mi hermano, con el que afortunadamente al fin podemos hablar y dormimos en su casa. Pasamos un poco de vergüenza, de una de las mochilas salía un fuerte olor que pensábamos que sería de algo de ropa sucia. Sacamos las mochilas al patio para que les diese el aire, y al llegar a Irún descubrimos que el olor era debido a un par de lonchas de jamón olvidadas que se habían puesto malas.

 

 

Lunes 14 de julio


Huesca – Puente la Reina de Jaca. 72 km.


 Nos quedamos por la mañana en Huesca. Hace buen tiempo, nos vamos a la piscina del camping a darnos un chapuzón. Como no teníamos bañadores allí los alquilamos.

 Después del relax a comer a casa de mi hermano y por la tarde salimos en dirección Pamplona, próxima etapa.

 

 Hace muy buen tiempo, pero a mitad de camino cambia. Empieza a lloviznar y al poco tiempo se convierte en lluvia fuerte. No para en ningún momento, a ratos es diluvio. Nos entran tentaciones de parar a pasar la noche en una borda que vemos a un lado de la carretera pero afortunadamente no lo hacemos y continuamos. Al llegar a Puente la Reina de Jaca, en el cruce en el que la carretera de Pamplona a Huesca se desvía hacia Jaca paramos y comprobamos que nos quedan unos 90 km hasta Pamplona. Calados por completo decidimos hacer un exceso para nuestra economía y quedarnos a pasar la noche en el hotel allí situado para finalizar el viaje al día siguiente.
   Con las motos en el garaje nos damos una estupenda ducha y a dormir como señores.

 

 

 

 

 

Martes 15 de julio


Puente la Reina de Jaca – Irún. 192 km.


   Después de desayunar nos ponemos en marcha y nos dirigimos a Pamplona. Preciosa carretera con muchas curvas pasando por el pantano de Yesa. Comemos cerca de Pamplona, pequeño descanso y continuamos.

 

   Regreso durante la tarde, últimas pedaladas en la subida al puerto de Velate (847 m), así como también última bajada a toda velocidad en tipo bicicleta.

 Poco a poco nos acercamos a Irún, a donde llegamos a media tarde al mismo sitio del que habíamos salido 5 días antes.

   Descargamos las motos y nos vamos cada uno para casa con la satisfacción de haberlo pasado de maravilla y de que todo haya salido bien.

     En total el recorrido ha sido de unos 780 km, a una velocidad media de unos 30 km/h... tranquilidad ante todo.

 

 

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